En 1906, Antoni Gaudí, en plena madurez creativa, proyectó su obra civil más personal ante la incomprensión de la sociedad barcelonesa en general, que bautizó de manera despectiva como pedrera (cantera) por las formas naturalistas de su fachada, una auténtica escultura arquitectónica de volúmenes ondulantes que evoca un oleaje de piedra con unas audaces barandillas […]